Las actividades humanas y la agricultura están provocando cambios notables en los ciclos naturales de nutrientes, especialmente en lo que concierne al nitrógeno y el fósforo. En este sentido, la producción lechera, a nivel nacional y global, está experimentando una marcada tendencia hacia la intensificación, lo que conlleva una mayor demanda de alimentación y una carga animal más elevada. Estos factores inciden directamente en el entorno ambiental, generando preocupación por los posibles impactos negativos.

La Estación Experimental Agropecuaria INTA General Villegas advierte sobre estos cambios. Destaca la necesidad de abordar estos desafíos y mitigar los impactos ambientales adversos. Por esta razón, uno de los principales temas a tratar en el próximo Encuentro Lechero, organizado por el organismo para el 17 del actual, de 8:30 a 13, en el establecimiento “La María Luisa” en Francisco Madero, partido de Pehuajó, será precisamente este. La reunión convocará a productores, profesionales, empresas y personal del sector con el fin de intercambiar información, generar conocimiento y fortalecer la colaboración en la industria lechera.

Esta edición contará con distintas estaciones en las que se abordarán diferentes ejes temáticos a cargo de profesionales del INTA y externos. Emilia López Seco, de INTA Manfredi, expondrá sobre el impacto de las rotaciones de cultivos y balance de nutrientes en el tambo. Por su parte, Julián Bartolomé, de la Universidad Nacional de La Pampa, presentará estrategias para el manejo reproductivo. A su vez, Eloy Salado y Pablo Roskopf, de INTA Rafaela, hablarán de la nutrición de la vaca en transición.

“Es fundamental implementar estrategias de manejo sustentable para reducir el impacto ambiental dentro de la producción lechera. Esto ayudará a proteger la sustentabilidad a largo plazo dentro de los sistemas productivos”, recomendó López Seco, quien estará en el evento.

La intensificación trae cambios en el uso de los recursos naturales y en la distribución de los nutrientes, que deben tenerse en cuenta para no generar impactos negativos en el ambiente. López Seco expresó: “Dentro de los indicadores ambientales estudiados, es importante considerar el movimiento de nutrientes en los sistemas productivos, para evitar focos de concentración o de sobreexplotación de los mismos”.

Por tal motivo, destacaron que la utilización de indicadores ambientales para la medición del impacto resultan esenciales. “Para evaluar la situación de nitrógeno y fósforo dentro de predios lecheros existen dos indicadores útiles: balances de nutrientes y eficiencia de uso. Los balances se realizan a nivel predial, contabilizando todos los nutrientes que entran a través de fertilizantes, alimentos, forrajes y animales y las salidas a través de productos”, explicó López Seco.

Asimismo, subrayaron en el INTA que es necesario apuntar a implementar el principio de circularidad en la gestión de los sistemas de producción, reconociendo la interdependencia entre los recursos y los residuos. “Según este principio, el crecimiento económico sin límites no es viable a largo plazo, por lo que se prioriza la recirculación de materiales dentro del sistema durante el mayor tiempo posible. La circularidad implica un enfoque holístico que considera no solo la extracción y consumo de recursos, sino también la reutilización, reciclaje y regeneración de los mismos. En este contexto, se fomenta la implementación de prácticas que minimicen la generación de residuos y maximicen la eficiencia en el uso de recursos, promoviendo así la sostenibilidad a largo plazo de los sistemas productivos”, expresó. Para más información sobre el encuentro lechero: @inta_villegas

campo
LA NACION
Temas